
Una vez al año se puede vivir esta increíble travesía. Un viaje por la más difícil de las rutas sanmartinianas y un desafío personal para quien decida vivir la experiencia.
Pensar que en 1817 San Martín y su ejército no sólo atravesaron esta geografía sino que después enfrentaron a los realistas y libertaron al pueblo de Chile, es increíble; más aún sin la tecnología ni la ropa apropiada que hoy acompañan a los que participan del cruce. De los seis pasos que el Libertador planificó para llegar a territorio chileno, este es el más sorpresivo por impensado. Además de la distancia, y el clima cambiante y abrupto, llegar a 4800 metros de altura con más de 5000 hombres, ganado, armas, provisiones, etc. fue una misión arriesgada pero certera.
Es una experiencia de montaña completa: serás protagonista de una expedición histórica de alta exigencia. El objetivo principal es atravesar los Andes Centrales: para eso te llevará 7 días. Se parte desde el lado argentino, en la Provincia de Mendoza, y finalizan la actividad en la Ciudad de Santiago de Chile. Se comienza en el Manzano Histórico, visitando el museo para conocer toda la historia que guarda la zona en la que vivirá los siguientes días.
De allí comienzan a ascender por la gran Cordillera, con el acompañamiento de Guías de Trekking Profesionales que harán de la experiencia un aprendizaje seguro y lleno de disfrute.
Por el camino, se disfrutará de la compañía de los guanacos trepando por senderos increíbles y de los magníficos cóndores que sobrevuelan los picos y los valles.
La altura promedio de todo el viaje es de 3000 metros de altura, y en varios tramos se siente el apunamiento. La garganta rasposa, dolores de cabeza y fatiga son algunos de los síntomas. Por eso, el descanso es muy importante.
El próximo es el desafío más intenso de la travesía y la cabalgata dura más de 10 horas. El Portezuelo del Espinacito está a 4800 metros de altura y la subida hasta la cima es lenta y riesgosa. Arriba, la vista justifica todo el esfuerzo. El mundo está ahí, al alcance de la mano, y con el Aconcagua, la montaña más alta de América, muy cerca. El descenso desde el punto más alto del viaje es aún más dificultoso, por eso, una opción es bajar caminando, para sentirse más seguro. Al otro lado del Espinacito, espera un oasis de agua cristalina de deshielo, parada obligada antes de continuar hasta el refugio Ingeniero Sardina, ya a 2800 metros de altura. El hermoso Valle de los Patos es un excelente reparo para el descanso y para contemplar la ondulación de la montaña y su paleta de colores.
Luego de un día en el refugio, se llega al límite entre la Argentina y Chile, en el Paso Valle Hermoso, a 3500 metros de altura, donde dos bustos de San Martín y O’Higgins simbolizan la integración sudamericana.
La exigencia día por día está pensada para que puedan aclimatarse a la altura, avanzar con fuerza o recuperarnos de los esfuerzos según el momento: por eso habrán algunos días tranquilos, y otros muy desafiantes. Es un viaje muy emotivo, con banderas ondeando y gritos de ¡Viva, la patria!, que se va experimentando sobre la marcha y en cada momento, y recién se analiza en el regreso.
¿A quiénes recomendamos esta experiencia?
A quienes desean vivir el montañismo a fondo. Si tenés buenas condiciones físicas y te gustan los desafíos ¡esta travesía es para vos!
No es necesario que seas una persona muy experimentada. Solo que tengas (además de estado físico) muchas ganas.
Se recomienda llevar: toallitas de bebé para limpiarse la cara y las manos, protector solar y labial, poncho impermeable, linterna de minero o frontal, cantimplora siempre a mano y para el frío, una petaca para calentar el cuerpo.
Si sos amante de la Aventura prendete en esta expedición Sanmartiniana!!!