La inmemorial capital italiana está repleta de turistas todo el tiempo. / Imagen: Web

Roma, Italia

Benvenuti a tutti, queridos viajeros! Les contaré hoy un poco -sólo un poco- sobre Roma, la Eterna. La inmemorial capital italiana está repleta de turistas todo el tiempo, y no es para menos, la ciudad de las siete colinas es historia y cultura por los cuatro puntos cardinales; muchas veces deja sin palabras por su majestuosidad.

Comencemos por El Coliseo, el más popular y más grande anfiteatro donde tuvieron lugar luchas de gladiadores para distraer a la plebe cuando los conflictos internos o externos arreciaban. Se trata del monumento más emblemático de Roma y está muy ligado a la historia de la Iglesia porque también fue escenario del martirio de los primeros cristianos. Les sorprenderá saber que recién fue considerado lugar sagrado a partir de 1750. Visitar este lugar es conmovedor. Ni el paso del tiempo ni la desaparición de los dioses han conseguido borrar las maravillosas ruinas que nos hablan de una sobredosis de belleza que tienen que visitar, aunque sea una vez en la vida.

La emperatriz de Europa es la ciudad de las iglesias, se estima que hay unas 325. El dato curioso es que estos recintos sagrados eran templos consagrados a los antiguos dioses paganos. Por ejemplo, la basílica consagrada a Santa María la Mayor era un templo dedicado a la diosa Cibeles, la iglesia consagrada a los santos Cosme y Damián era el templo de Rómulo y la basílica de Santa María fue el Panteón dedicado a Venus y Marte.

Roma pasó así a ser el centro espiritual del Catolicismo. Su centro histórico, donde se entremezclan restos de casi tres milenios, obviamente posee una enorme importancia cultural e histórica. Sigamos recorriendo, de repente entre una cascada de rocas, se yergue la figura del dios Neptuno guiado por tritones y caballos marinos, el agua fluye copiosamente… es un sueño, es… ¡La Fontana di Trevi! la reina de las fuentes domina la escena por completo.

La capital de los Spaghetti alla Carbonara contiene a El Vaticano, ciudad-estado en el que podrías experimentar el síndrome de Stendhal. En la Piazza San Pedro, justo allí donde tiene lugar la bendición papal, cuando doblan las campanas la multitud estalla de emoción. Asimismo, Piazza Navona tiene uno de los espacios más destacados; es nombrada en cine y literatura debido a que reúne esculturas, fuentes y edificios de gran valor artístico.

El elemento más destacado de la plaza son las tres grandes fuentes que se levantan a lo largo de la misma, la más importante es la Fuente de los Cuatro Ríos. Las otras dos fuentes son la Fontana di Nettuno y la Fontana del Moro. La iglesia de Sant’Agnese in Agone está construida en el lugar en que se levantaban las gradas del estadio, bajo las cuales, según la tradición, se encontraba el lupanar en el que Santa Inés fue forzada a desnudarse en público y a renunciar a su fe cristiana.

El Palazzo Pamphili, actual embajada de Brasil, contiene una galería de frescos pintados por Pietro da Cortona que quita el aliento. Otros monumentos destacados son el Complejo del Stabilimenti Spagnoli, la Iglesia de Nostra Signora del Sacro Cuore (antigua iglesia de San Giacomo degli Spagnoli), el Palacio de Cupis, el Palacio Torres Massimo Lancellotti, entre cientos de miles de otras tantas obras de arte, leyendas y memorias.

Recorrer la ciudad de Rómulo y Remo es como caminar por miles de años de Historia: los restos de la Roma Antigua, de la Edad Media, del Barroco se aprecian a cada paso. Allí cada piedra es sagrada; incluso su suelo guarda el testimonio arqueológico de los albores de la Humanidad. Amigos, preparen este viaje con tiempo porque Roma es una experiencia muy fuerte. Su magnificencia demuestra por qué su destino no podía ser otro que imperial.

Redacción: Sitio Viajero