Dicen que la vida es una fiesta y todo se ve color de rosa aquí. / Imagen: Michael-Spyrantis.

París, Francia

Voilá, viajero Imparable! Cómo me gusta la emoción que transmite París, su gente parece tener el corazón en un sueño. La Ciudad Luz es sinónimo de frivolidad y diversión. Así permanece en el imaginario colectivo generación tras generación, por eso… no digas sí, ¡di oui!

Dicen que la vida es una fiesta y todo se ve color de rosa aquí. Pero la ciudad del amor y la gran cultura estética no es tan sólo perfecta para parejas; París es también una de las principales capitales gastronómicas del mundo. Existen múltiples variedades de quesos, vinos, croissants y baguettes. Lo mejor que se puede hacer en la ciudad del eterno romance es caminar por las mágicas calles sinuosas y comerse todo para luego comenzar a deleitar la vista y respirar el mismo sofisticado aire que el extravagante rey Louis XlV alguna vez respiró.

Visitaremos los monumentos y museos más famosos del mundo como el Louvre, el Palacio de Versalles, la icónica Torre Eiffel, la Catedral gótica de Notre Dame, la Basílica del Sacré Coeur, el mítico cabaret donde se dieron los primeros espectáculos del cancán: el Moulin Rouge; la Avenida de Los Campos Elíseos, los magníficos boulevards, el Arco del Triunfo, el Quartier Latin, y el barrio que es cuna de la bohemia parisina del siglo XlX, Montmartre.

En Montmartre podrás disfrutar de una forma totalmente nueva y lúdica buscando los destinos más románticos con la ayuda de un juego de exploración en tu smartphone. Podrás ver el café donde trabajaba «Amélie» y -resolviendo pistas- te ayudarán a descubrir los romances perdidos de París. Es una alternativa que me parece novedosa y entretenida.

También me gustaría recomendar el enorme y espectacular Centro Pompidou, que, además de ser el Museo Nacional de Arte Moderno, alberga un centro de investigación musical acústica y una biblioteca pública. La quinta planta está dedicada al arte moderno, desde comienzos del siglo XX hasta 1960, destacando especialmente los trabajos de Matisse, Picasso, Kandinsky o Miró. En la cuarta planta es posible realizar un recorrido a través de las obras contemporáneas realizadas desde 1960 hasta la actualidad, entre las que abundan los trabajos minimalistas y conceptuales.

El edificio del Centro Pompidou posee una arquitectura peculiar: es uno de los más extravagantes de París debido a los conductos de aire, tuberías, ascensores y escaleras mecánicas pintadas de colores que se encuentran situados en el exterior del edificio.
Hay tanto por disfrutar, ver y visitar aquí que necesitarás varios días para disfrutar a tus anchas. París luce esplendorosa desde toda perspectiva, las jornadas pasarán como un suspiro y no querrás despedirte de ella jamás.

Otra de las inolvidables actividades especiales para hacer en la romántica ciudad es tomar un crucero por el río Sena y observar el atardecer brindando y cenando entre pétalos de rosas, a la luz de las velas… oh, l’amour! esta actividad quedará marcada a fuego en tu noble corazón.

Improvisar un picnic a la orilla del río en la ciudad del optimismo será otra opción poética y memorable.  No te lo pierdas. ¡Mon Dieu, cuánta belleza! París es una fiesta!

Redacción: Sitio Viajero