Uno de los lugares con mayor densidad volcánica del planeta. / Imágen: Banco de imágenes.

Malargue – La Payunia

Argentina es conocida por la variedad y riqueza de su tierra que abarca desde la llanura pampeana, pasando por las imponentes sierras, sus zonas desérticas o hasta sus endiabladas cataratas. Un rincón más encriptado y oculto está reservado para los viajeros más intrépidos y meticulosos.

Estos aventureros fuera de serie saben de la existencia de un “desierto negro”, uno de los lugares con mayor densidad volcánica del planeta, ubicado en la Reserva Natural La Payunia de Malargüe en el sur de Mendoza.

Creada en 1982 y declarada «Area Natural Protegida» en 2010, la Reserva Natural está a unos 160 kilómetros de la ciudad de Malargüe y aguarda en la lista para ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. No es para menos: sus ríos de lava solidificada y más de 800 conos volcánicos forman un paisaje de una amalgama de colores que es una verdadera invitación a admirar los orígenes de nuestro planeta.

Por sus peculiaridades, la visita a La Payunia -conocida también como Payún o Payén- genera en los visitantes la sensación de entrar a un lugar donde el tiempo no existe: un paisaje remoto, primitivo, de otro mundo, con reminiscencias lunares.

Su nombre es motivo de controversia acerca de su significado. Algunos dicen que viene del pehuenche «Payen» que hace referencia al lugar donde hay mineral de cobre. Otros afirman que su origen es en la lengua mapuche donde payén o payún significan barba -quizás una referencia para apelar a la sabiduría milenaria-.

Pese a lo inhóspito y solitario del paisaje, La Payunia es también un sitio con abundante vida: matorrales, retamillo y algarrobos son sólo algunos ejemplos de su variada flora. En cuanto a la fauna, esplendorosos cóndores, pumas, águilas moras, zorros y guanacos son sólo algunos de los ejemplares que pueden encontrarse.

La belleza singular de este ecosistema puede apreciarse en cualquier época del año, pero el momento óptimo es en primavera y otoño, estaciones que permiten evitar el sofocante calor veraniego y las gélidas temperaturas invernales.

Los escoriales del volcán Santa María, las Pampas Negras y el volcán Payún Liso son puntos imperdibles para visitar en este paisaje de otro mundo. Cabalgatas, excursiones en vehículos altos, avistajes de fauna y safaris fotográficos son sólo algunas de las actividades posibles para realizar en un lugar soñado para conectar con las raíces del origen de todo.

Redacción: Sitio Viajero