
Jericoacoara, Brasil
Además de ser un vocablo desafiante de pronunciar, Jericoacoara es un pequeño pueblo en la costa norte de Brasil, al oeste de Fortaleza. El pueblo, más comúnmente conocido como Jeri, que es mucho más fácil de decir para los que no hablan portugués, es un destino codiciado para la mayoría de los brasileños y se está volviendo cada vez más popular entre los visitantes internacionales.
Gracias al clima favorable y las condiciones del viento, la playa está rodeada por algunas de las costas más populares para el kitesurf, pero podremos dar un paseo en buggy, cruzar la playa y las dunas de arena gigante del Parque Nacional Jericoacoara para ver la puesta de sol detrás del Océano Atlántico.
Si alguna vez visitan el noreste de Brasil, no se pierdan esta playa soñada, una de las mejores del hermano país. Aire puro, el rumor del mar y el canto de los pájaros hacen de este sitio un lugar místico, de bellezas naturales imperdibles y ambiente relajado.
La villa cuenta con una infraestructura turística que se adapta a cualquier clase de visitante. Es un pueblo que parece un mundo aparte, apartado de la sociedad y con su propio ambiente de paz y tranquilidad. Existen muchas posadas y hoteles, muchísimas actividades y excelente gastronomía en un agradable clima tropical. Con una caipirinha o un helado de coco, el mar calmo, esas arenas blancas e impresionantes dunas modeladas por el viento disfrutaremos de una cabalgata serena que será como un arrullo encantado del dios del mar.
“Jeri” es una de las diez playas más hermosas del mundo compuesta de lagunas azules, mares tranquilos y enormes dunas. Por eso, en 1984, la zona fue declarada área de protección ambiental y se convirtió en parque nacional en 2002, hasta ese entonces Jeri era sólo un pueblo de pescadores y, al caer la noche, la luz era únicamente proporcionada por la luna y las estrellas. Hoy en día este pedacito del paraíso se ha vuelto un destino popular entre quienes procuran tranquilidad, conectar con la naturaleza y relax.
Este sitio magnífico no se puede encontrar en ningún otro lugar. ¡Vamos a vivir aventuras y a descubrir cómo es explorar y practicar navegación a vela, windsurf o simplemente disfrutar de ver el sol hundirse en el océano! Indudablemente, un paseo en Jericoacoara te hará sentir en otro mundo, te sentirás con una energía totalmente diferente.
¡Qué lugar tan asombroso! el paisaje es literalmente romántico, especialmente por la forma en que la naturaleza esculpió el lugar, pero hay cabida para todo el mundo.
Son innumerables las atracciones y juegos que podremos disfrutar aquí. El paseo en balsa distinguiendo cangrejos, peces de colores y caballitos de mar es uno de ellos, y tirarte en un divertidísimo tobogán o en tirolesa te harán sentir que estos son los días para agradecer. ¡Este es el lugar para ser feliz!