Las Islas Canarias compaginan las singularidades que las han hecho un crisol de culturas que recibe influencias de Europa y de África. / Imagen: Banco de Imágenes.

Islas Canarias, España

Bosques de pinos perfumados, volcanes inquietantes, paisajes lunares, kilómetros de dunas al estilo del Sahara… un grupo de siete islas y numerosos islotes se levantan gloriosas sobre el mar, les presento hoy a las hospitalarias Islas Canarias.

Con un clima cálido y unos paisajes insólitos, el archipiélago ubicado en el Océano Atlántico cautivó desde la antigüedad a aquellos que llegaron a sus costas: Tenerife, Fuerteventura, Gran Canaria, Lanzarote, La Palma, La Gomera, El Hierro, La Graciosa, Alegranza y muchas más todas parecen tocadas por el dedo de la Fortuna. Cada una con un perfil irrepetible y único.

Las Islas Canarias compaginan las singularidades que las han hecho un crisol de culturas que recibe influencias de Europa y de África pero además de su rico bagaje cultural podremos maravillarnos con los picos de bosques del interior montañoso de Gran Canaria, las cascadas de La Palma o la vegetación del Parque Nacional de Garajonay de La Gomera y las extraordinarias llanuras desnudas que flanquean El Teide de Tenerife.

Por otro lado la fiesta surrealista de colores que brillan en los campos de lava de Lanzarote, las suaves laderas llenas de flores de El Hierro y las interminables llanuras salpicadas de cactus de Fuerteventura representan la aventura de vivir. Incluso las temperaturas casi perfectas de las Islas indican que, durante todo el año, se puede disfrutar de paisajes tan fantásticos y variados que, de otro modo, sólo encontraríamos cruzando continentes.

Es esta misma diversidad la que hace que las actividades al aire libre sean un placer clave y de fácil acceso. Caminar por los numerosos senderos que atraviesan las islas, que van desde serpenteantes caminitos costeros hasta desafiantes caminatas por la montaña o bucear y hacer snorkel en aguas maravillosamente cálidas habitadas por más de 350 especies de peces te subirá la adrenalina. Allí estarás montando el viento y las olas: el kitesurf, el windsurf, el surf y el parapente son infalibles aquí.

Después de tanta actividad emocionante podrías optar por un paseo a caballo, en bote, en kayak o tener una clase de yoga frente a la playa. La meditación, los masajes y un mundo de terapias de cuidado personal abundan en todo el archipiélago, y la talasoterapia (es decir, baños marinos curativos) es una especie de especialidad local.

Pero contrariamente a muchas creencias, las Islas Canarias son inmensamente ricas tanto en arte como en arquitectura; sólo necesitamos saber dónde buscar. Los espectaculares lienzos surrealistas del pintor mundialmente aclamado Óscar Domínguez adornan su tierra natal de Tenerife; las enormes esculturas abstractas de Martín Chirino son imperdibles en Gran Canaria; y las inspiradas “intervenciones” de César Manrique aparecen por toda Lanzarote.

Además, en todas partes encontraremos los emblemáticos balcones de madera, los frondosos patios internos y las alegres fachadas pintadas que tipifican la arquitectura canaria vernácula, y como un toque al vaivén de la fiesta, si quieren darse un respiro después tanta jarana, podrían hacer una visita a las encantadoras iglesias a la sombra de las palmeras, muchas de las cuales datan de varios siglos.

Alternativamente, creo que nada alivia tanto el alma como relajarse con un cóctel tropical o una copa de vino local mientras el sol se hunde en el Atlántico ¿verdad?

Redacción: Sitio Viajero