Es tesoro de profundos secretos arqueológicos y paleontológicos. Imagen: banco de imágenes.

Gualjaina – Piedra Parada

Al norte de la provincia de Chubut, existe un lugar que es tesoro de profundos secretos arqueológicos y paleontológicos. Gualjaina es el sitio perfecto para los amantes de la aventura y los lugares remotos.

Situada en el Valle Costa del Lepá y Valle del Gualjaina, se caracteriza por tener una zona de chacras a más de 500 metros sobre el nivel del mar en una buena parte de su extensión.

Es una propuesta excelente para salir del turismo convencional y se encuentra relativamente cerca de Esquel. Una forma de llegar es a través de la ruta 40 rumbo norte. En la bifurcación con la ruta provincial 12, pasado el aeropuerto de Esquel, hay un acceso nuevo por el que se tiene que seguir las viejas señalizaciones durante aproximadamente un kilómetro.

Fundada en 1928, Gualjaina guarda una leyenda acerca de su nombre: está relacionado con la desaparición en el río de una niña de sangre mapuche que se llamaba Guajira. Desesperada al no encontrarla, su madre comenzó a buscarla recorriendo todo el cauce del río mientras la llamaba por su nombre que quedó impregnado en un eco eterno que remite a la palabra “Gualjaina”.

Conocido por sus abundantes álamos y sauces, este poblado es el lugar ideal para realizar excursiones a lugares exóticos: la cita obligada es Piedra Parada.

El dilema entre la sabiduría de la naturaleza y la mano de los primeros humanos que habitaron este suelo es la temática principal de la Piedra Parada, una roca de tiempos incalculables que retrotrae a los inicios de la historia.

La formación rocosa, soberbia e imponente, se sitúa solitaria en medio de un amplio cañadón. Su solidez es proporcional con su porte: la piedra tiene 210 metros de altura y sorprende a propios y extraños.

Para llegar desde el poblado de Gualjaina, hay que cruzar el río Teca, atravesando todo el pueblo y saliendo nuevamente por el noroeste. El tramo final se circula de manera paralela al río Chubut, rodeado de formaciones rocosas. No será difícil darse cuenta que se ha llegado al destino: la mole de piedra se hace ver desde todas partes.

No son pocos los que afirman que este gigantesco tótem de piedra es obra de vida extraterrestre o incluso de la mano del humano primitivo. La realidad es otra: es una piedra de origen volcánico resultante de una erupción que superó los 300 kilómetros cúbicos de magma en un periodo de tiempo muy corto. Esto hizo que, en lugar de formarse una gran montaña, se produjera una depresión subcircular rodeada por una extensa planicie arrasada.

Por su rareza, este lugar fue declarado reserva natural, y posee un gran valor por las pinturas rupestres y objetos de valor antropológico legado de los pueblos originarios.

Con una duración de 8 horas, la excursión a Piedra Parada, tiene su punto de encuentro y de partida en la municipalidad de Gualjaina. El recorrido incluye un almuerzo y merienda.

Un paisaje fuera de serie y profundamente natural es la “piedra” angular de este destino también poblado de una variada cantidad de seres vivos: cortarramas, palomas cordilleranas, viuditas, yales negros, y aves rapaces como las águilas moras, gavilanes cenicientos e incluso halcones colorados que custodian como una suerte de centinelas este paisaje ancestral conectado a nuestro suelo desde lo más profundo de la tierra.

Redacción: Sitio Viajero